Los conservantes y colorantes son aditivos clave para la apariencia y seguridad alimentaria, no obstante, ha surgido un recelo hacia los alimentos que los contienen, debido a información que circula en las redes sociales donde se afirma que son perjudiciales para la salud. Hay algo de certeza en ello, pero igual muchos errores. Para evitar esto y mantener un buen margen de consumidores, hay cada vez más empresas que hacen el tránsito hacia la utilización de conservantes naturales, que son más amigables para el cuerpo humano.
¿Los conservantes artificiales son tan malos?
La idea de que los conservadores para alimentos de origen sintético son nocivos se ha introducido en el inconsciente de las poblaciones en todo el mundo. Esto ha hecho que se haya convertido en un mito y, como muchos otros mitos modernos, hay varias imprecisiones y detalles que se omiten. El principal papel de estas sustancias es prolongar la vida útil de los alimentos y hacer que lleguen en excelentes condiciones hasta los consumidores.
Antes de que la mayoría de productos alimentarios lleguen hasta los anaqueles de las tiendas y supermercados, tienen que pasar muchos procesos y condiciones, como las variaciones de temperatura, procesamiento, almacenamiento y transporte. Todo este recorrido toma muchísimo tiempo y, sin la adición de conservantes, probablemente se descompondrá, lo que supone costes muy altos y haría que la producción de alimentos en masa no sea nada rentable.
Si las empresas alimentarias han logrado mantenerse, crecer y cumplir con las duras exigencias de seguridad alimentaria, no ha sido solo por la fuerza de trabajo o las inversiones, sino por la utilización de los aditivos, siendo quizá los conservantes los más importantes. Estos evitan la descomposición y acción de hongos y bacterias, la alteración del sabor y el olor, mantienen el color de los productos y su contenido nutricional e inhiben los cambios en la textura.
Los mismos consumidores se benefician con estos aditivos, pues pueden almacenar los productos y mantenerlos en refrigeración tras consumirlos parcialmente, lo que impacta en su economía, evitando que consuman todo al día y gasten más en alimentos al deteriorarse rápidamente. Todo ello muestra su importancia para la sociedad actual, pero igual suponen un problema para la salud si no se consumen con moderación. Hablamos, claramente, de los conservantes artificiales.
Según la Organización Mundial para la Salud, hay conservantes artificiales que causan problemas sin un consumo moderado y que se encuentran aún en alimentos como papas fritas, cereales, aceites vegetales, entre otros. Hay dos en los que se ha puesto atención: hydroxytoluene butilado (BHT) y butilhidroxianisol (BHA), que, en grandes cantidades, afectan el sistema neurológico y se asocian con ciertos tipos de cáncer.
Otro conservador al que se le ha puesto el ojo es el nitrato de sodio, que se usa aún para envasar carnes y pescados y se encuentra en ciertas carnes cocidas, como el jamón, salchichas y mortadela. Se ha observado su potencial cancerígeno en el estómago y, en algunos países, las autoridades de salud alimentaria lo regulan y llegan a prohibirlo. Cabe mencionar el propilgalato, que es uno de los más perjudiciales y se encuentra en algunas carnes, sopas instantáneas y caldos envasados.
Es cierto que estos aditivos representan un riesgo para la salud, pero, lo que no se dice, es la importancia de la responsabilidad de los consumidores, al cuidar su alimentación y consumir moderadamente los alimentos que los contienen. Igualmente, no se comenta la existencia de los conservantes naturales, que han demostrado ser más amigables para la salud, además la existencia de normas y recomendaciones detalladas de organismos reconocidos como la FDA para que las empresas las consideren al utilizarlos.
El tránsito hacia los conservantes naturales
Muchas empresas son conscientes de estos problemas, por lo que han elegido los conservantes naturales para sus productos alimenticios y dar el primer paso hacia una transición más sustentable y saludable. La FDA señala que son excelentes para mejorar la estabilidad y seguridad de los productos. Hay opciones para evitar alteraciones en el sabor, olor y aspecto al usarlos y se han implementado exitosamente en todos los productos, asegurándose siempre que haya compatibilidad entre los componentes y otros aditivos.
Un punto importante es que los conservantes naturales no siempre se fabrican por medios naturales, sino igual por medios sintéticos. Aun así, son considerados orgánicos por la FDA. Principalmente, consisten en ácidos orgánicos insaturados y saturados. Cabe agregar que hay niveles de toxicidad en los que las empresas se basan para su utilización segura.
En Farbe contamos con una opción para que inicien el tránsito hacia la utilización de alternativas naturales a los conservantes artificiales. Nuestra apuesta que es cada vez más popular se llama FAR-XTEN-P. Se trata de un potenciador de sabor y antibacteriano fabricado con base en almidón de maíz, que funciona con una gran variedad de alimentos, como productos horneados, quesos y derivados, bebidas, aderezos, entre otros.
Ayuda a mantener una etiqueta limpia con un precio competitivo y prolonga la vida útil en estanterías, incluso bajo condiciones extremas, evitando así las devoluciones estacionales. Es compatible con otros conservantes, como el propionato de calcio, vinagres y ácido acético y no presenta alérgenos y es funcional con productos sin gluten, ya que no está mezclado con harina de trigo. Minimiza las concentraciones de sodio en las prescripciones y combate bacterias como la levadura Pichia anómala y el Bacillus subtilis.
Si harán el tránsito hacia los conservantes naturales y desean una cotización y más información acerca de nuestra fórmula, contáctenos al (55) 1555 8330 o llenen nuestro formulario.