Al utilizar un colorante vegetal tendrán la certeza de que los productos resultantes serán más nutritivos y lucirán mejor. Hay una gran variedad, en la que destaca el betacaroteno. Si piensan implementarlo en sus procesos alimentarios, vale la pena que conozcan más detalles acerca de este maravilloso producto que encontrarán en Farbe.
El betacaroteno como colorante y sus beneficios
Este es un pigmento natural que pertenece a la familia de los carotenoides, compuestos disponibles tanto en plantas como en algunas algas. Es responsable del color rojizo, amarillo y anaranjado en muchas frutas y verduras, siendo las zanahorias la fuente más conocida, aunque igual los pimientos rojos y calabazas son abundantes en este colorante vegetal.
Químicamente, el betacaroteno es un precursor de la vitamina A, lo que significa que nuestro cuerpo puede convertirlo en esta vitamina esencial cuando se requiera. Con respecto a los beneficios que aporta como colorante natural del momento, destacan los siguientes:
Seguridad alimentaria
A diferencia de los colorantes artificiales, el betacaroteno es completamente seguro para el consumo humano. Al tratarse de un compuesto natural obtenido directamente de vegetales, su uso para pigmentar desde alimentos hasta medicamentos y cosméticos no conlleva los riesgos asociados a las opciones sintéticas, como alergias y problemas gastrointestinales. Su seguridad está bien documentada, asimismo, está aprobado por importantes agencias reguladoras de alimentos de todo el mundo, como la FDA en EE. UU. y la EFSA en la UE.
Fuente de vitamina A
Como mencionamos, es un precursor de la vitamina A, que es sumamente importante para la visión, crecimiento, función inmunológica y salud de la epidermis. Usar betacaroteno en alimentos en vez de colorantes artificiales, contribuye a la ingesta diaria de vitamina A, algo crucial en poblaciones con riesgo de deficiencia, como África y el sudeste de Asia, donde es causante de ceguera y de infecciones graves y mortales.
Función antioxidante
Se trata de un antioxidante potente. Cuando hablamos de antioxidantes, nos referimos a compuestos que neutralizan los radicales libres, que son moléculas inestables capaces de dañar las células y contribuir al envejecimiento y a la aparición de enfermedades crónicas como el cáncer y problemas cardíacos. Algunos alimentos producidos en industrias, como lácteos o jugos, pueden aumentar su cantidad de antioxidantes, lo que es aún más benéfico para la salud.
Estabilidad
Este compuesto es relativamente estable frente a la luz y calor, por lo que funciona bien en lo relacionado a la apariencia y propiedades organolépticas de una amplia gama de productos alimenticios. Ayuda a mantener el color vibrante y atractivo de bebidas o de alimentos sólidos durante su procesamiento y almacenamiento, garantizando una buena apariencia visual y excelente calidad.
Versatilidad
El betacaroteno puede usarse en una amplia variedad de productos alimenticios, desde bebidas, productos de panificación, leches y yogures, snacks y suplementos nutricionales. Su capacidad de conferir colores intensos y orgánicos que van desde el amarillo pálido hasta el rojo intenso lo hace un aditivo apreciado tanto en restaurantes, como preparaciones domésticas e industriales.
Atractivo natural y etiquetado limpio
Actualmente, los consumidores muestran mucha preocupación por los ingredientes artificiales presentes en los alimentos, por lo que el uso del betacaroteno como colorante vegetal mejora la percepción de los productos. Igualmente, es una excelente opción para realizar la transición hacia etiquetados limpios, es decir, con una nula o mínima cantidad de ingredientes químicos que causan sospecha entre los consumidores. Esto igual permite crear vínculos fuertes con gente preocupada por lo que consume y da notoriedad a las marcas de alimentos y bebidas.
¿Cómo es que se obtiene el betacaroteno?
Para ello se requiere una serie de procesos:
Preparación de la materia prima
Lo primero es seleccionar vegetales ricos en este colorante natural, siendo las zanahorias, batatas y calabazas las materias primas más utilizadas. Es importante que estos se laven muy bien eliminando tierra y otros contaminantes y, en caso de requerirse, se pelan.
Trituración y obtención de pasta
Lo siguiente es triturar las zanahorias y restos de vegetales hasta obtener pasta fina. Es así como se rompen las paredes celulares y se libera el betacaroteno contenido en las células. Lo siguiente es homogeneizar la pasta para lograr una buena distribución del compuesto en la mezcla.
Extracción
El betacaroteno es aislado de la pasta vegetal mediante un solvente orgánico. Para ello, tanto solvente como pasta se mezclan y se mueven constantemente para permitir la transferencia del betacaroteno. El proceso se efectúa a temperatura ambiente o con un ligero calentamiento para que la extracción sea más eficiente.
Separación
Tras el mezclado, se aplica filtración para separar el sólido vegetal del extracto líquido en el que se encuentra el betacaroteno. Dicho líquido se somete a una fase de separación adicional para eliminar los residuos sólidos.
Purificación
Posteriormente, el solvente es evaporado mediante técnicas como la evaporación a presión reducida, dejando únicamente el betacaroteno concentrado. De manera adicional, se puede purificar dicha concentración con algunas técnicas, por ejemplo, la cromatografía, logrando así un producto de mayor pureza.
Formulación
El último paso es disolver el betacaroteno puro en un aceite comestible o suspender en una base adecuada para utilizarlo como colorante con excelentes valores nutricionales para alimentos. Asimismo, se añaden antioxidantes y otros estabilizantes para evitar que el betacaroteno se oxide o degrade mientras se almacena o utiliza.
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