La industria alimentaria es uno de los sectores más exigentes. Para esto es indispensable mantener tanto la calidad como la frescura de los productos. Entre los productores en los que estas exigencias son más notables, destacan aquellos que se dedican a los productos horneados. Ya sea que fabriquen pan, pasteles, bizcochos o galletas, es importante que los productos estén en óptimas condiciones durante el almacenamiento hasta su llegada a las estanterías, asimismo, que se mantengan su textura y sabor. Para lograrlo se requieren tres clasificaciones de conservantes: conservantes naturales, artificiales y enzimáticos.
¿Cuáles son las ventajas de los conservantes para productos horneados?
Las distintas clasificaciones de conservantes brindan los siguientes beneficios:
- Prolongan la vida útil de los productos horneados. Permite que se mantengan frescos, evitando así las pérdidas por contaminación o descomposición, mejorando así la rentabilidad de los productores.
- Permiten que los productos sean seguros para el consumo humano, por lo que garantizan el cumplimiento de las reglas de seguridad alimentaria, permitiendo así que las empresas mantengan su competitividad.
- Mantiene las propiedades de los productos horneados, por ejemplo, su textura, sabor, apariencia y consistencia, haciendo que sean deseables para los consumidores y manteniendo su calidad original por largos periodos.
- Los conservantes naturales y de otras clasificaciones permiten a los productores de alimentos horneados brindar una oferta más amplia y segura.
Es importante que, al usar los conservantes, se conozcan las regulaciones tanto locales como internacionales, que indican las dosis adecuadas para su consumo seguro, asimismo, ser transparentes con la información mostrada en los empaques a los consumidores para establecer lazos confiables y mejorar la imagen de los negocios.
Las clasificaciones de conservantes para el sector de productos horneados
La elaboración de productos horneados es todo un desafío. Cada alimento necesita de dosis adecuadas de ingredientes para lograr una excelente textura y sabor, no obstante, cada vez que son sacados del horno, son propensos a contaminaciones y disminuciones en su calidad a causa de varios factores ambientales. Para mantener esto a raya, se utilizan los conservadores para alimentos.
Se trata de aditivos para los alimentos que prolongan su vida útil e inhiben el crecimiento de microorganismos. Para el sector de productos horneados, son de suma relevancia, debido a lo fácil que es que los alimentos se echen a perder rápidamente o adquieran propiedades indeseables para los consumidores. Los conservantes actúan muy bien contra levaduras y bacterias, permitiendo que los productos mantengan por mucho tiempo su frescura y pasen exitosamente a lo largo de toda la cadena de suministro.
Ahora bien, en dicho sector, se usan varios tipos de conservantes para asegurar la durabilidad de los productos horneados; y son agrupados en las siguientes categorías:
Conservantes artificiales
Se trata de sustancias químicas diseñadas en laboratorios y, en algunos casos se obtienen de productos naturales, aunque se requieren ciertas reacciones para su obtención, llegando incluso a diferenciarse bastante del compuesto original. Un ejemplo es el ácido benzoico, que se obtiene de la resina de la corteza de varias especies del género Styrax y a partir de la cual se obtiene el benzoato de sodio, que es uno de los conservantes más usados en la industria en general.
Estos conservantes presentan excelentes propiedades antimicrobianas y, según autoridades sanitarias reconocidas como la Organización Mundial de la salud (OMS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), están aprobados y son seguros si se utilizan en las dosis recomendadas. Pese a ello, hay mucha preocupación por parte de los consumidores debido a los riesgos potenciales para la salud a largo plazo.
Los conservantes artificiales más usados para productos horneados son dos:
- Benzoato de sodio. Además de conservar los alimentos, regula la acidez en productos horneados.
- Propionato de calcio. No afecta la acción de las levaduras requeridas para los productos horneados, aunque no es recomendado si se utiliza polvo para hornear.
Las industrias alimentarias tienen la preferencia de los consumidores como uno de sus principales criterios de producción, razón por la que cada vez más empresas se inclinan por los conservantes naturales para reemplazar tanto el benzoato como el propionato o, al menos, como un complemento para este último,
Conservantes enzimáticos
Se trata de enzimas específicas que se integran a la mezcla o masa de alimentos horneados para evitar la proliferación de microorganismos. Algunos ejemplos son las lipasas y amilasas. Para quienes desean reducir los conservantes artificiales, son una buena opción.
Conservantes naturales
Como sugiere su nombre, se obtienen de fuentes naturales, por ejemplo, ciertos aceites y extractos vegetales. Los conservantes naturales son la clasificación más estimada por los consumidores, ya que no presentan efectos perjudiciales para la salud y permiten generar etiquetas limpias. Mantienen muy bien la frescura y calidad de los productos horneados, sin afectar su sabor, apariencia o textura.
En Farbe podemos ayudarles a hacer la transición hacia conservantes naturales. Contamos con una línea de extensores que sustituyen en 1:1 en dosis a las opciones artificiales y se incorporan a los productos horneados sin alterar sus propiedades. Brindan excelente estabilidad y se ofrecen a precios competitivos. Hay tres tipos de conservantes de esta línea:
- Naturfresh P100. Se produce con base en almidón de arroz y es ideal para reemplazar el sorbato de potasio.
- Naturfresh SA. Se fabrica a partir de tapioca de Cavassa y reemplaza con efectividad al ácido sórbico.
- Far-Xtend-P. Se fabrica con almidón de maíz, potencia el sabor de los alimentos y a la vez actúa contra moho y bacterias.
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