Los alimentos coloridos siempre son atractivos para la vista, cuando van a un supermercado lo primero que ven es que el color sea atractivo y brillante. En la mayoría de los alimentos vegetales y frutas es lo que suele determinar si lo comprarán. Lo mismo sucede con los alimentos procesados y para que tengan esos colores tan atractivos se suelen utilizar colorantes artificiales, aunque en los últimos años se ha desatado una gran polémica sobre si son buenos o malos, ya que para su preparación se usan distintos elementos químicos.
Los colorantes formulados artificialmente, hasta hace algunos años eran los únicos usados para colorear los alimentos, puesto que son fáciles de obtener, son económicos y tienen una amplia gama de colores que es prácticamente ilimitada, puesto que se pueden combinar con pocas restricciones.
Los supuestos contras de estos colorantes comenzaron a discutirse en el último par de décadas, donde algunas organizaciones privadas y de control de productos al consumidor informaron a los sistemas de salud que estos productos eran los causantes de la hiperactividad, reacciones alérgicas e incluso de cáncer. Por lo que algunos de los colorantes comenzaron a ser prohibidos.
Sin embargo, estudios posteriores realizados por universidades e institutos de salud de todo el mundo no han arrojado evidencia sobre posibles efectos contraproducentes a la salud. Con la excepción de que sean ingeridos en cantidades exageradas, que como cualquier producto, en exceso puede ser dañino.
Los colorantes artificiales se pueden encontrar en todo tipo de alimentos procesados, los productos que más comúnmente se ingieren y los contienen son los dulces brillantes, los cereales, panes, helados e incluso en carnes y algunos vegetales. Entre los principales colorantes que se ingieren de forma constante son el Amarillo 5 y el Azul 1. También se pueden encontrar en los refrescos, las gelatinas e incluso en los alimentos para las mascotas.
¿Existen riesgos?
Antes de ser usados por las empresas, los colorantes alimenticios tienen que pasar por pruebas para determinar si son aceptables para consumo humano y la cantidad aceptable antes de que puedan representar un riesgo, puesto que como mencionamos, todo en exceso puede ser dañino para la salud.
Todas estas pruebas han determinado que a largo plazo los colorantes no son peligrosos, y aquellos que han demostrado causar alguna reacción alérgica u otro posible problema, se retiran del mercado. Existe un control muy estricto en cuanto los tipos de colorantes que se pueden utilizar en alimentos. A nivel internacional las agencias de seguridad de salud de los Estados Unidos de América y de la Unión Europea son las principales determinantes de qué colorante puede usarse, puesto que los productos que contengan colorantes no autorizados no pueden comerciarse en estos países, por lo que los riesgos son prácticamente inexistentes, además los colorantes artificiales se encuentran principalmente en alimentos procesados, que son altos en calorías y bajos en nutrientes, los cuales por lo general son de bajo consumo, por lo que las cantidades de consumo máximas recomendadas rara vez se superan como para causar un problema de salud.
¿Cuáles son los colorantes más utilizados?
Dentro del grupo de colorantes que tiene más protagonismo en los productos alimenticios se encuentran los denominados como colorantes azoicos. Son muy utilizados por la gama de colores que ofrecen, pero después de algunos estudios se han puesto un límite a la cantidad que puede ser usada para consumo humano, los más comunes de este grupo son: E-102 (Tartrazina), E-110 (Amarillo anaranjado), E-104 (Amarillo de quinoleína), E-122 (Carmoisina), E-129 (Rojo Allura AC) y E-124 (Rojo Cochinilla Artificial).
Muchas empresas han decidido sustituir estos colorantes por colorantes naturales que se extraen generalmente de plantas y algunos minerales, pero debido a que el proceso de producción de estos es muy caro y lento, además que los colores que pueden obtenerse no son los mismos, los colorantes de origen artificial continúan teniendo una gran presencia en el mercado alimenticio.
Y es de suponer que mientras no se obtengan resultados concluyentes de que puedan ser dañinos para la salud, su uso continuará. Por el momento, después de casi un siglo de uso, sólo se han determinado que son malos en caso de un consumo excesivo, por ello siempre se debe de cuidar la alimentación y la cantidad de productos procesados que se consumen al día.
De esta manera se evitará consumir más de lo que está establecido como bueno para la salud. A nivel empresarial, su uso no se ve afectado siempre y cuando se sigan las reglamentaciones de uso y únicamente se utilicen los colores que están permitidos por los órganos internacionales.
La polémica de los colorantes artificiales es claro que continuará, como ha sucedido en los últimos años. Sin embargo, como hemos mencionado, no hay evidencia de que sean malos para la salud en un consumo aceptable. Además, muchos de estos colorantes también aportan algunas vitaminas y complementos alimenticios que el cuerpo requiere para su correcto funcionamiento; si bien estos elementos se pueden obtener de otros alimentos, no está de más saber que pueden ser benéficos para la salud en ciertas proporciones.
Si como empresa están preocupados por los colorantes que utilizan para sus productos, consulten la lista de los colorantes permitidos y las cantidades recomendables para consumo humano y adquieran sus colorantes con una empresa que certifique que son fabricados con las mejores técnicas y que son de la más alta calidad. También pueden sustituirlos por colorantes naturales.
Si tienen dudas pueden acudir con un especialista, como los de Farbe AG Munchen México. Somos un reconocido grupo empresarial con un gran prestigio en el ramo. Tenemos como objetivo el abastecer a las industrias de colorantes, pigmentos, lacas, anticorrosivos, entre otros productos.
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