Cuando van al supermercado y se ponen a ver los anaqueles, es muy probable que vean muchos alimentos que son de color rojo, esto se debe a que los productos procesados con colorantes rojos son los más llamativos para los consumidores, por lo que las empresas lo usan con mucha regularidad. Desde las bolsas de gomitas de color rojo, los refrescos, dulces, las carnes, entre muchos otros más que cuentan con este color son los que más se consumen día con día.
El colorante rojo puede ser natural o artificial. En caso de los segundos, el mas utilizado es el Rojo 40, que es considerado el colorante que más se consume alrededor del mundo, y es utilizado en una amplia variedad de bebidas, productos horneados, polvos para postres, dulces, cereales, alimentos de distintos tipos donde se usa directa o indirectamente para dar color, e incluso en medicamentos y cosméticos.
Sin embargo, detrás de la polémica que existe sobre el colorante Rojo 40, son cada vez menos las personas que lo consumen y algunas empresas han dejado de usarlo. De hecho en muchos países existen restricciones sobre su uso y muchos productos deben contener leyendas sobre su consumo excesivo, el cual se relaciona con algunas alergias y padecimientos.
La solución por la que han optado las empresas y los mismos consumidores es el uso de fuentes naturales para teñir de rojo los alimentos, pero el problema con este color es que los colorantes naturales rojos no son tan fáciles de obtener y procesar, por lo que se aumenta su costo, y por ende el costo de los productos.
El colorante rojo más estable y el de mejor rendimiento para la industria alimenticia es el carmín o carmine que se extrae de la cochinilla, un pequeño insecto parásito de plantas perteneciente a la familia Dactylopidae, como lo son los nopales y las tunas. Su estabilidad es resultado de la estructura del ácido carmínico, su principal componente. Es ligeramente soluble en agua fría, es soluble en ácidos minerales e insoluble en los aceites y grasas.
Históricamente es uno de los productos para brindar color a los alimentos más usados, hace más de 2,000 años ya se usaba en América para teñir vestidos y dar color a la comida. En el siglo XVI los españoles la introdujeron en Canarias, donde su cultivo se convirtió en un importante recurso económico para las islas.
A pesar de eso es el de mayor volatilidad de precios, puesto que su extracción depende de la cosecha de la cochinilla, la cual depende del clima. Además, sólo crece en regiones específicas. A pesar de esto, y de que las empresas se suelen enfocarse mucho en el costo-beneficio de sus materias primas, es el mejor sustituto para el Rojo 40 por su buena estabilidad al calor y la luz, lo que permite su uso en muchos productos alimenticios. Además, es un producto natural, totalmente sano, su producción es ecología y muy sostenible. Su uso no se restringe a la coloración de alimentos, también es común encontrarlo en pinturas y tintes usados en l arte y la moda.
Otra alternativa de colorante rojo es la betanina, que se extrae de la remolacha; aunque su color no es tan estable como el carmine, dependiendo la sombra y la aplicación para la que se requiere, se convierte en una opción natural importante para una gran variedad de productos alimenticios. La betanina es el principal componente del jugo de remolacha, y se suele usar en intervalos del 0.05 por ciento al dos por ciento en ciertos alimentos.
Este colorante se usa comúnmente en productos terminados mezclado en seco, como pueden ser las bebidas, las gelatinas o postres con base en gelatinas y los pudines. También se encuentra en el yogurt, alimentos horneados y cereales, algunos dulces y productos de confitería y en helados. Su tono rojo es de menor intensidad que el carmine o el Rojo 40.
Entre los colorantes rojos de origen natural que también se pueden encontrar en el mercado, están las antocianinas, que pueden ser de color rojo, azul, morado, naranja, marrón o rojo oscuro, dependiendo del producto que se extraiga. Por lo regular se extraen de la piel de las uvas negras, que es la manera más económica, aunque también se pueden obtener de una gran variedad de frutos rojos, como pueden ser arándanos, moras, frambuesas, cerezas, bayas, maíz morado, rábanos y lombarda.
Estos aditivos tienen potentes efectos antioxidantes contra enfermedades del corazón, el cáncer y la diabetes. Son solubles en agua y perfectas para dar color a productos alimenticios con bajos niveles de pH. Los niveles de uso típicos están en el rango de 0.02 a 0.2 por ciento, dependiendo la fuerza de color que se desee obtener. Es común encontrarlos en productos listos para beber y mezclas de bebidas, en los rellenos de frutas, en le yogurt y algunos derivados de la leche, como los quesos, y en algunos productos de confitería y dulces.
Como mencionamos, los productos que usan colorantes son los más atractivos y los más consumidos. Debido a la reducción de productos artificiales como aditivos, son cada vez más las industrias que optan por los aditivos naturales para sus productos alimenticios, farmacéuticos y cosméticos. En Farbe estamos conscientes de esto, por lo que contamos con una amplia línea de colores naturales de primera calidad, diseñados especialmente para ser usados como aditivos alimenticios.
Nuestros productos les ayudarán a agregar ingredientes sanos y naturales a los alimentos y bebidas; todos nuestros productos son considerados Kosher, por lo que pueden ser usados en todo tipo de alimentos, también podemos desarrollar tonos personalizados para sus productos, y que coincidan con su marca para que puedan adicionar un valor agregado a sus alimentos.
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