Los conservadores para alimentos son aditivos que se han estandarizado para la elaboración de productos alimenticios con el fin de que se prolongue su vida útil y se evite el deterioro causado por baterías, hongos, entre otras reacciones químicas. Sus beneficios han sido probados durante años, no obstante, desde la década de los ochentas se han lanzado campañas en contra de su utilización, lo que ha derivado en varios mitos a lo largo de los años acerca de su seguridad y efectos en la salud. Es importante poner las cosas claras y mostrar por qué es importante no prescindir de este producto, principalmente si se obtiene de fuentes naturales.
Los conservantes son dañinos para la salud a largo plazo
Este es uno de los mitos más persistentes, no obstante, se trata de una generalización incorrecta. Los conservantes que hoy se ofrecen en el mercado han sido aprobados por agencias reguladoras de gran renombre, como la FDA (Food and Drug Administration) y la EFSA (European Food Safety Authority).
Para su comercialización tuvieron que haber pasado rigurosos ensayos de seguridad. Es verdad que pueden ser riesgosos a largo plazo, principalmente los conservadores para alimentos, aunque es necesario que se consumen en altas dosis para evitar efectos negativos, como náuseas o vómito. Además, las mismas entidades reguladores proporcionan las dosificaciones seguras en las que pueden basarse para sus producciones.
Existen igual los conservantes naturales, que son ampliamente utilizados y seguros, por ejemplo, el conservador a base de tapioca de Cassava que forma parte de nuestra línea Naturfresh. Este conservante natural puede usarse en varios alimentos como sustituto del sorbato de potasio, por ejemplo, bebidas y productos lácteos.
Los conservantes causan cáncer
La relación entre los conservantes y el cáncer ha sido un asunto de preocupación para muchos consumidores. Se trata de un mito surgido de una mala interpretación de varios estudios o de su descontextualización. Por ejemplo, el nitrito de sodio que se usa ampliamente en carnes procesadas se ha relacionado con el riesgo de cáncer colorrectal en estudios epidemiológicos, no obstante, las cantidades utilizadas en los alimentos están estrictamente reguladas y se consideran seguras cuando se consumen en niveles permitidos.
Si pese a ello está el temor de que el producto llegue a ser peligroso o de que los consumidores opten por productos con etiquetado limpios, es decir, sin nombres químicos complicados, está la opción de utilizar conservadores para alimentos de origen natural.
Los alimentos sin conservantes son preferibles
Es verdad que algunos alimentos frescos y sin conservantes resultan muy nutritivos; sin embargo, no todos los alimentos sin conservantes son necesariamente más saludables. Consideran que los conservantes previenen el crecimiento de microorganismos causantes de enfermedades transmitidas por alimentos frescos, como la salmonella y la listeria. Si no fuera por los conservantes, muchos alimentos serían propensos a deteriorarse rápidamente y representar verdadero un riesgo para la salud.
Todos los conservantes son en realidad artificiales
Es verdad que la extracción de los conservantes requiere procesos «artificiales», no obstante, la distinción entre conservante natural y artificial es viable si se considera su origen, ya sea una fuente vegetal, animal o mineral o mediante múltiples reacciones y síntesis químicas. Un buen ejemplo de aditivo no artificial es el que ofrecemos en nuestra línea Naturfresh, cuya fuente es la tapioca de Cassava.
Consideren que igual hay una tendencia creciente en la industria alimentaria de optar por los conservantes naturales para lograr etiquetas limpias en productos de panificación, lácteos, bebidas, carnes y cualquier otro producto propenso a la rápida descomposición.
Los conservantes afectan negativamente el sabor de los alimentos
Si bien algunos conservantes pueden tener un impacto en el sabor (lo que aplica principalmente en los de origen no natural), muchos están formulados para ser insípidos o para potenciar el sabor natural de los alimentos. Un ejemplo es el FAR-XTEND-P, que es un inhibidor natural de moho, un buen complemento para el propionato de calcio y capaz de potenciar notablemente el sabor de los productos, haciéndolos más deliciosos. De hecho, los mismos fabricantes como Farbe trabajan arduamente para equilibrar la conservación con la palatabilidad de los productos.
Los conservantes causan alergias y reacciones adversas
Es indispensable diferenciar entre reacciones individuales y la seguridad general de los conservantes aprobados. Es verdad que existen personas sensibles a ciertos conservantes, no obstante, se trata de casos relativamente raros. La mayoría de los conservantes usados en la industria alimentaria han sido sometidos a pruebas para demostrar se seguridad para la población en general. Las reacciones alérgicas a conservantes específicos, como los sulfitos, ocurren principalmente en individuos con sensibilidad preexistente.
Los conservantes influyen en la obesidad y otras enfermedades modernas
La obesidad y otras enfermedades crónicas son problemas complejos que resultan de múltiples factores, no específicamente de los conservantes, por ejemplo, la dieta, estilo de vida, genética y entorno. Culpar a los conservantes por estas enfermedades es simplista. La causa principal de la obesidad es el desequilibrio entre el consumo de calorías y el gasto energético, no los conservantes que, en el caso de aquellos obtenidos de fuentes naturales, tienen un aporte calórico muy bajo.
Una vez aclarados estos mitos, probablemente se pregunten qué aditivo adquirir. Recomendamos ampliamente inclinarse por nuestros conservantes naturales para realizar un tránsito efectivo hacia el etiquetado limpio. Igual contamos con colorantes y nutracéuticos de origen natural para lograr soluciones integrales para alimentos seguros y nutritivos. Pidan más información al (55) 1107 6423 o llenen con sus datos nuestro formulario.
