¿Cómo afectan los colorantes artificiales?

¿Cómo afectan los colorantes artificiales?

El color y el aroma son las primeras impresiones que experimentan las personas al comer; desde tiempos antiguos, el pigmento natural se ha utilizado precisamente para hacer más atractiva la presentación de los platos, pero esto comienza a ser un problema serio con la introducción de colorantes artificiales que son tóxicos.

¿Qué son los colorantes?

Son aditivos, es decir, sustancias que se añaden a los alimentos para dar, realzar o cambiar su color; básicamente, se agregan con el fin de mejorar su apariencia o restaurar la tonalidad perdida durante la producción. Existen dos clasificaciones, los colorantes naturales  y los sintéticos.

De estos, los artificiales son los más controvertidos entre los consumidores, puesto que han protagonizado diversos escándalos relacionados con afecciones al organismo, en particular por los casos que se han reportado de intoxicación debido a su contenido de cobre, plomo y arsénico.

Por otro lado, están los colorantes para alimentos naturales, que son extraídos de los pigmentos en algunas frutas y verduras, por ejemplo, el betacaroteno que le da a los vegetales sus tonos amarillos, naranjas y rojos.

Si bien existen tintes aprobados por las autoridades sanitarias de diferentes países que no contienen sustancias que se sabe que afectan la salud, esto ha despertado la preocupación de los consumidores sobre la seguridad alimentaria y muchas empresas están mejorando sus productos para reemplazar las tonalidades.

¿Cuál es la situación actual?

Alimentos como confitería, postres, snacks, bebidas y nuevos productos de alta tecnología acaban de llegar al mercado, los cuales son coloreados artificialmente para atraer a los consumidores. El problema es que, sin saberlo, los clientes están adquiriendo más suplementos todos los días y muchas personas reaccionan con dolores de cabeza, alergias, picazón, irritabilidad e incluso se ha detectado que algunos colorantes artificiales causan erupciones crónicas o asma en individuos sensibles a sus ingredientes.

Este es el caso de la tartrazina (E-102), un colorante amarillo que se utiliza en productos de panadería, confitería, pesqueros, helados, jugos de naranja y aderezos para ensaladas, entre otros. Actualmente se está estudiando ampliamente con el fin de determinar sus posibles efectos sobre la salud, y la cantidad de alimentos que utilizan este tipo de pigmentos también ha disminuido.

Algunas regulaciones estatales han permitido más cabida al pigmento natural aunque existen diferencias entre las naciones; por ejemplo, en los países nórdicos están prohibidos casi todos los tintes artificiales, mientras que en EE. UU. algunos colores sintéticos que se usan en Europa no se permiten, pero otros que en el viejo continente se prohíben son libres en Norteamérica.

Evidentemente, la tendencia actual es reducir los aditivos sintéticos, favorecer los tintes naturales y volver a los ingredientes que alguna vez se usaron para dar color a los alimentos, como el carmín, la cúrcuma, el betacaroteno y la clorofila.

Recomendaciones para las industrias procesadoras de alimentos

Es evidente que muchas personas presentan alergias e intolerancias a ciertos tipos de aditivos artificiales; no es posible conocer si es un problema que nace sólo en algunos consumidores, pero lo mejor es estar prevenidos y erradicar por completo estas sustancias del proceso productivo.

Entendemos que el mercado se acostumbró a los productos que son fruto de la experimentación en laboratorio, pero debe comprender que los deseos de sus clientes finales se enfocan en los alimentos de etiqueta limpia.

Por ejemplo, algunos colorantes artificiales de amarillo están relacionados con una alta hiperactividad en los niños, alergias, tumores cancerígenos, una mayor tasa de mortalidad en los animales y demás condiciones que se heredan entre los humanos; así mismo, a las personas de tendencia asmática le reactiva los síntomas y los hace más sensibles a fármacos como las aspirinas.

Esto es preocupante, ya que son ampliamente utilizados en diferentes productos como postres, gelatinas, jugos de frutas, snacks, entre otros que históricamente han estado en los más altos índices de ventas en diversos países y en especial entre los públicos vulnerables a este tipo de afecciones, es decir, niños y adultos mayores.

Según los nutricionistas, una gran proporción de las enfermedades degenerativas tienen su origen en la alimentación. Por lo tanto, no hay más remedio que observar de cerca qué sustancias se utilizan en los alimentos que están desarrollando y considerar el uso de ingredientes orgánicos y así garantizar una dieta saludable en sus consumidores; no sólo en términos de un pigmento natural, sino incluyendo a los conservantes con el fin de que no haya ningún riesgo de afectar a los clientes finales.

Por otro lado, el pigmento natural es más barato, fácil de producir y usar y son más resistentes al procesamiento; por ello, ofrecen ventajas como:

  • Se pueden utilizar en productos que necesitan calentarse o cocinar antes del empaquetado.
  • Pueden tolerar niveles de pH más extremos.
  • Los colores son más precisos y no requieren tantos aditivos.

Por su parte, los colores artificiales hacen que los alimentos se vean mejor y vienen en una variedad de tonalidades vibrantes; sin embargo, no son esenciales ni nutritivos e incluso son perjudiciales para la salud.

Le recomendamos que analice sus opciones y si necesita más información acerca del pigmento natural no dude en contactarnos a través del formulario que encuentra en nuestra página web.

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